EL AMIANTO Y LA CIUDAD

Maria de Dios/ octubre 30, 2019

El pasado viernes, 25 de octubre, se aprobó en Pleno la moción que nuestro grupo llevó a propuesta. ¿Por qué es necesario este cambio en los materiales de los edificios? La evolución demográfica de Guadalajara capital vivió un importante aumento poblacional a partir de mediados de los 60 y 80, los planes de desarrollo como polígono de descongestión industrial de Madrid, el continuo movimiento migracional desde los pueblos a la capital, la incorporación de las pedanías como barrios anexionados y su propia función administrativa creciente, fueron factores determinantes que acabaron multiplicando el número de habitantes de una media de 20.000 censados en 1960 hasta los más de 60.000 en 1990. Fruto de la incorporación de tantas familias, Guadalajara hubo de crecer, no sólo en territorio urbanizado sino en altura, desarrollando sectores de manera urgente para atender la fuerte demanda como el Balconcillo, Manantiales, Pisos del Rey, la Rambla, el Nuevo Almín, La Gabina, la periferia del primer ensanche de la ciudad y un largo etcétera de desarrollos urbanísticos que dotaron de un parque inmobiliario de la calidad propia de este tipo de inmuebles, a causa de la rapidez y fuerte demanda. Muchos de esos edificios, llevan acometiendo en los últimos años sus pertinentes rehabilitaciones y reformas, bastantes de ellas derivadas del propio desgaste de los elementos que conforman el edificio, y otra muchas también, fruto de los requerimientos detectados en las pertinentes Inspecciones Técnicas de Edificios e Informes de Evaluación del Edificio exigidos por la normativa vigente. Los expertos indican que el amianto es peligroso no solo cuando se rompe (por eso tiene que ser personal cualificado el que retire este material altamente cancerígeno), sino también con el desgaste. Con la llegada de las lluvias llega un nuevo elemento de desgaste para este material que ya tiene más de 40 años de uso. Riendas manifiestaba

Leer más